domingo, 8 de noviembre de 2009

Miradas, retratos, hombres y flickr

Si algo me llama la atención es lo escasos que son los retratos masculinos que hay en flickr, por poner un ejemplo de web dedicada a las fotografías.

Se me ha ocurrido hacer una estadística contando fotos en varios álbumes y el resultado es siempre del mismo orden. Por ejemplo, en una selección de retratos de flickr basada en las etiquetas "retrato+ojos" (http://www.flickr.com/photos/tags/mirada/clusters/retrato-ojos-portrait/) he censado 210 fotos y el resultado es de este orden:
Animales: 7 ( 3%)
Niños: 22 (10%)
Hombres: 26 (12%)
Mujeres: 155 (75%)


No he seguido contando porque el resultado era muy monótono en cada página de fotos y me aburría de contar.

Bueno, en otros grupos de fotos los niños y los animales eran ligeramente más numerosos que los hombres, pero teniendo en cuenta que se trata de un grupo solo de retratos y que hay grupos de retratos especializados en mujeres, animales, bebés y niños (pero no en hombres), las cifras globales en un estudio serio y con tiempo me parece que dejan los retratos de hombres como una especie en extinción. Y no tengo nada contra los retratos de mujeres, pero... las mujeres, ¿qué dicen sobre esto?

Supongo que me dirán que la mayor parte de los retratos de mujeres los hacen hombres. A mí se me ocurre que entonces las mujeres tienen problemas para conseguir un hombre que retratar, pero curiosamente yo veo más difícil pedirle a mi vecina o a las amigas que me dejen retratarlas. Y en el dudoso caso de que accedieran, mucho más difícil es pasar la censura posterior por parte de la implicada que eliminará la mayoría, si no todos los retratos debido a ciertos cánones difíciles de definir.

Prefiero que quien lo desee saque sus conclusiones porque yo digo demasiadas tonterías. Pero espero que no se queden en la pura demagogia y que al menos no sean tan aburridas de leer como contar retratos de mujeres en flickr.

jueves, 29 de octubre de 2009

Invisible

Me acabo de dar cuenta de algo curioso mirando mi galería de flickr.

Mis fotos. Me he fijado en mis fotos y cómo me describo mediante ellas.
El caso es que es verdad que todas ellas expresan cosas de mí. Ninguna es falsa. Quiero decir, ninguna de ellas está hecha sin que tenga algo que ver conmigo. Ninguna es un montaje estético, o en todo caso, lo más que puede llegar a ser es una escenificación de algo tan sutil que no puede ser fotografiado por casualidad en la calle.

Lo curioso es que nunca aparece nadie. Nadie conocido, quiero decir. Pero incluso casi nadie. Incluso yo mismo. Es como si fuera invisible.

No es casualidad. No es más que un reflejo de estos meses de crisis. He dejado desmoronarse mis amistades sin preocuparme demasiado. Bueno. Al principio sí me preocupaba, me preocupaba que ésto, como tantas otras cosas se desmoronara, porque ya había tantas cosas rotas que otra más podía suponer pasar del límite de lo que podría llegar a recuperar con el tiempo. O quizás de lo que podía soportar perder.

Pero ahora las cosas son de otro color. Son iguales, pero las veo de otra manera. Nada se ha desmoronado. Solo se ha caido lo que estaba roto, o mal sujeto a los cimientos. En realidad, ha sido como una limpieza dónde había demasiadas cosas.

Ahora queda el vértigo de ver tanto vacío. Pero no acabo de entender una cosa. No entiendo por qué no me decido a ponerme en marcha hacia ningún lado. Y es que ahora no tengo claro si hay que reconstruir lo que ya había o algo totalmente distinto.

O no hay nada que reconstruir y todo está bien. En todo caso, siento vértigo. No estoy acostumbrado a los terremotos. Pero vienen muy bien para poner al aire los cimientos y saber sobre qué se está edificando el resto.

Espero encontrar esos cimientos. A ver dónde estarán...

martes, 27 de octubre de 2009

De mudanza

Hoy es un día raro.

Me ha llegado por fin una noticia que estaba esperando desde hacía meses y que determina de manera importante cómo será el futuro. No solo en los meses inmediatos que van a seguir, sino incluso mi vida entera.

Y sin embargo, emocionalmente no me siento distinto. Incluso siento que no estoy especialmente motivado para hablar hoy de nada. Es algo tan raro. Lo exterior no se corresponde con lo interior.

Y es que me estoy dando cuenta de que a pesar de estar en una época un poco negra, algo ha cambiado. Lo nuevo es que mi estado de ánimo ya no depende en gran medida de lo que pasa fuera, sino de lo de dentro. ¿Será esto lo que llaman por ahí paz interior? Puede ser. El hecho es que algunas cosas me siguen afectando, pero no las que uno pensaría obviamente, sino cosas triviales, a las que nadie daría importancia.

De todas maneras, hace unos días que había comenzado a hacer cambios, y hoy voy a hacer uno. Me mudo de mySpaces a Blogger. Así que durante unos días me dedicaré a llevar mis pensamientos convenientemente empaquetados en cajas de un blog a otro y los iré instalando por aquí. Todavía no conozco mucho este blog, así que no sé dónde ni como los instalaré.

Eso sí, tendré que tener cuidado de ponerles su fecha original para preservar el órden de las cosas... aunque se me está ocurriendo una idea... si Cortazar puede escribir una novela desordenada y causar admiración, ¿por qué no puedo yo reorganizar mis reflexiones cómo me dé la gana de nuevo? Bueno, lo que no espero es causar admiración, más bien un poco de confusión. Pero eso siempre es bueno.

domingo, 25 de octubre de 2009

El fondo del pozo

Pensándolo bien, en el fondo del pozo no se está tan mal.

Sí. Ha sido toda una vida de entrenamiento meticuloso para temer más que a nada estar en el fondo del pozo. Toda una sociedad contínuamente histérica, orientada a progresar, a ganar, a acumular, a preparar una cómoda jubilación bañada por el color dorado del éxito... mientras no haya un tropiezo y se caiga uno al pozo. Entonces, ¡ay amigo! ¡ay querida!, entonces ya estás fuera del buen camino.

El fondo del pozo es la vergüenza, la humillación, el desprecio, la pobreza, la soledad... es lo peor.

¿O no?

Creo que lo peor de todo es tan solo el pensamiento de estar ahí, en el lugar en que se ha temido estar durante toda la vida.
Lo peor es solo la muerte. Bueno, hay mil cosas terribles, pero la muerte es lo peor de lo peor.

El fondo del pozo es oscuro cuando uno acaba de caer, pero a medida que pasan las horas, los días, los años, los ojos se adaptan a la penumbra y se descubre con sorpresa una luz suave que se filtra desde arriba, tenue, pero que precisamente por eso nos deja distinguir los infinitos y sutiles matices de gris que hay entre el lado blanco y el negro.

En el fondo del pozo hay muchas cosas interesantes. Hay soledad y silencio, que son importantes para oir nuestra propia voz, y muchas otras voces sabias que nunca habíamos oido. Hay tiempo, todo el tiempo de nuestras vidas por delante, y paciencia, muy abundante, se encuentra por doquier y solo hay que saber usarla con sabiduría. No hay que tener prisa.

Por el fondo del pozo no pasa mucha gente. Nadie vendrá a buscarnos allí, en medio de nuestro dolor. Incluso habrá gente que añadirá una nueva pincelada a ese dolor negándonos tres veces, o incluso más. Pero será enriquecedor, porque veremos en la debilidad humana que los que están fuera del pozo tienen más miedo que nosotros. Que el éxito es solo un barniz, un estado y no una condición.

En el fondo del pozo hay muy pocas cosas. No sobra nada y, por eso, la mayoría de las cosas que vemos son auténticas. Las palabras designan esas pocas cosas, y las que no están no necesitan nombrarse. Ahi es donde amistad significa poco más que lealtad y nada más. Debilidad significa limitación. Y traición significa miedo, mucho mucho miedo.*

A mí me preocupa mucho una cosa en particular. Creo que el problema no es salir del pozo. Eso llega tarde o temprano. El problema es salir sin dejarse en el fondo la dignidad, la humanidad, la confianza en los demás, la ilusión por vivir, la capacidad de dar y recibir amor.

El problema es que si nos dejamos alguna de esas cosas en el fondo, llevaremos el pozo en nuestra alma mientras caminemos sobre la faz de la tierra.

*Gracias Carlos por tus reflexiones sobre el miedo.



martes, 13 de octubre de 2009

Septiembre

¿Recuerdas la casa de la abuela?

El encalado anaranjado con el sol del atardecer.
Aquel aroma de las higueras del huerto entrando a través de las ventanas abiertas de par en par.
¿Recuerdas los primeros grillos de la noche cantando extrañamente en los últimos rayos de sol de la tarde?
¿Recuerdas aquella buhardilla llena de misterios, de campo y de niños que a punto estaban de dejar de serlo?

¿Recuerdas aquel primer y último beso?

lunes, 5 de octubre de 2009

Angeles

¿Como podremos distinguir
los ángeles que el destino,
o quizás el cielo,
pone en el camino de nuestras vidas?


¿Es posible aceptar que estos ángeles
solo pasen por nuestras vidas
para ayudarnos y no para quedarse?


Es tan grande la tentación de amar a un ángel
y es tan doloroso olvidar a un ángel.

sábado, 11 de julio de 2009

Libros y colores

¿Recuerdas cuando leía en tu piel
cada latido del corazón?
¿Te acuerdas?

Sí, me recuerdas.
Me recuerdas al acecho,
bajo la lamparita amarilla.
buscaba leer en tu cuerpo
palabras hechas de pasión
con que te llamaba a mi lado.

Leía tu piel con avidez,
te consumía voraz
pasaba tus páginas suave,
impaciente, ardiente,
para devorar tu siguiente deseo.

Así éramos.
Tu escribías mi deseo,
yo leía en tu deseo.
No había nada más,
ni faltaba mucho menos
que una sola chispa
para prender tanto beso
escrito en papel inflamable.

Así escribimos páginas rojas
noches y noches sin descanso,
páginas blancas tantas albas
sorprendidos por el frío sin sábanas,
páginas azules de sol y mar
con las manos llenas de amor,
páginas amarillas de angustia
plagadas de tu fiebre y mi insomnio,
páginas negras de lágrimas,
de olvido y andar perdidos.

Páginas, páginas y páginas
con tinta roja, salvaje y valiente,
como tu sangre
y la mía.

martes, 7 de julio de 2009

Paris de noche

Para nosotros, Paris era una lamparita amarilla encendida en la buhardilla de un hotel.
Para mí, Paris eran tus manos posadas en mi espalda.
Para ti, Paris eran mis ojos verdes junto a tu boca.

Aquella noche, ninguna calle vió pasar tu espalda ni mi boca.
Ninguna plaza vió vagar tu pasión ni mi ternura.
Ningún café nos vió enredarnos en el sudor de los abrazos.
Ninguna farola alumbró más que tus ojos encima de los míos.

Esa noche, la ciudad se sintió muy sola hasta el amanecer.


domingo, 5 de julio de 2009

Lluvia ambar en Paris

Aquel té de jazmín tenía el color del ambar mas delicado.
Mientras, fuera llovía sobre los bancos de la orilla del río
y dentro flotaban los poemas sobre la tarta de chocolate.

-Siempre lo recordaremos- dijimos entonces.
Ojalá yo lo recordara así y ojalá tú hubieras estado allí.

Con unas tijeritas hubiera recortado un rio
para pegarlo encima de mi poster de Paris, que no tiene orilla,
hubiera añadido mis poemas para alegrar un poco
la tarta que venden en el supermercado de abajo,
y tus ojos de color ambar hubieran hecho el resto,
incluso sin lluvia.

Paris lo hubieramos inventado más tarde entre los dos.

Lluvia morena

¿Dónde quedó tu piel mojada y cálida?
¿Dónde fue tu mano cuando se soltó de la mía en aquel baile?
Y tu risa roja entre abrazos morenos.
¿Te acuerdas? Los dos bajo la lluvia de aquel verano,
cada uno a siete mundos de distancia del otro.

Lluvia clara

Recuerdo aquella tarde en Barcelona como si fuera ayer. Fue hace mucho, casi 20 años, pero aun me veo corriendo por los andenes de metro para llegar a tiempo a la catedral.

Era primavera y era un día gris de finales de mayo. Pero no era un día triste. Hacía mucho calor y humedad, y la lluvia caia mansamente.
Era uno de esos días en que la lluvia no era fría. Tan solo te hacía sentir la ropa húmeda en la piel, y el calor pegajoso del final de la primavera.

Era un día gris, pero no era triste. No me sentía triste, sino blanco, porque todo era en gris y negro en ese barrio hecho de piedras antiguas, pero la lluvia era clara. Casi luminosa. Ni siquiera las piedras parecían duras sino dulces, redondas... suaves.

Recuerdo los contrastes de la luz.
La oscuridad solemne de la catedral frente a la lluvia blanca
cayendo alegre desde las gárgolas,
cantando sobre la piedra gris de los callejones.

El contraste del órgano llenando de silencio la iglesia
como si fuera un líquido negro y pesado.
Y fuera el silencio leve de las calles desiertas,
enmarcando el rumor de los chorros de agua cayendo de los tejados.

La piedra, el agua, el ruido, el cielo,
todo era muy joven
porque la lluvia había limpiado la piedra de historia y recuerdos.

También recuerdo una tarde de libertad mágica.
No había otra cosa que libertad en mi soledad esa tarde,
porque la soledad era libertad para correr feliz
a jugar con mis sueños de callejuelas medievales solitarias bajo la lluvia.

Me pregunto si aun existirá la lluvia a finales de mayo en Barcelona...

miércoles, 1 de julio de 2009

Entrenamiento para la vida

Os presento a mi grupo de entrenamiento, una pequeña familia reunida alrededor de Antonio, el creador y alma de todo el proceso.

Durante dos años, al igual que todas las cosas en la vida, ha nacido para llenar un vacío previo, ha crecido, nos ha dado muchos ratos felices para recordar y ahora desaparece. Bueno, no literalmente, pero sí en la forma en que lo hemos conocido los que lo hemos vivido en estos dos años, ya que Antonio dejará de estar al frente para ascender a unas alturas de mayor responsabilidad. Quizás la lección más difícil de aprender en el deporte es que todo tiene un fin, pero que más allá existen nuevas cosas y que olvidaremos estos ratos felices, aunque no para siempre.

De vez en cuando nos vendrán recuerdos a la memoria con una secreta satisfacción. La de haber tenido la suerte de estar en el lugar preciso y en el instante adecuado para formar parte de esta pequeña historia. Incluso habiendo tenido que vivirla desde fuera en los últimos 6 meses. También los lesionados hemos tenido nuestro protagonismo como ausencias en las que el hueco dejado permitía ver que éramos piezas valiosas de un todo que solo existe por la suma de sus pequeñas piezas.

Esta será claramente una de esas fotos que nos convierten en soñadores durante un rato cada vez que las encontramos en el album del recuerdo.


jueves, 11 de junio de 2009

Los hijos

Hace ya años, cuando yo era más simple que el mecanismo de un zapato, y pensaba de verdad que los hombres no lloraban o que por lo menos les costaba más que a otras personas , este relatito de Eduardo Galeano me pilló a traición y consiguió que no pudiera controlar una lagrimita.

Y es que lo peor de amar a alguien es ver sufrir a ese ser desde nuestra impotencia humana... snif...

"Los hijos
Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de la casa. Ella era muy chica, caminaba como un osito. Yo la veía poco, Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida; a veces le llevaba chocolatines o juguetes.
La madre no estaba, aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de casa el ómnibus que traía a Florencia de la guardería.
Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso.
La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces, volví a pedirle:
-Andá, decime.
Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.
Lloramos juntos, no sé cuanto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera todo el dolor que le tenía reservado.
"
Eduardo Galeano - Amares

miércoles, 3 de junio de 2009

Los de arriba‏

Me había olvidado completamente de ellos desde hace años. Y ha sido un olvido imperdonable. Posiblemente la cosa no fue peor porque ellos (y ellas) nunca se han olvidado de mí.

Ahora que hablas de los de arriba, súbitamente he tomado conciencia de la sensación de desamparo de estos últimos años, sin creer en nada y muy muy perdido.

Poco a poco voy recordando la familiar sensación de sentirlos detrás mia, en cada situación decisiva en mi vida. Para que todo saliera bien. Y yo tenía la seguridad que da creer que no te vas a equivocar. No hacía falta pedirlo. Estaban ahí porque para ellos yo era su razón de ser ahí arriba, o porque se marcharon demasiado pronto dejándose a seres muy amados aquí.
¿Quién sabe?

Espero que no sea demasiado tarde para volver a caminar en su compañía.

lunes, 25 de mayo de 2009

Un día feliz por que sí

Hoy domingo estaba trabajando con el portátil, pero por lo menos era al aire libre... así que me improvisé una oficina un poco rara con una esterilla sobre el cesped (la gente sale feliz en las fotos tumbada en el cesped pero nadie se atreve a aclarar que el cesped de los jardines pincha como un condenado y que luego salen montones de erupciones alérgicas por todos lados).

Pues eso, que mientras estaba así, tumbado con el portátil y sintiendo el solecito en la espalda, puse un disco de coros del ejercito rojo y en un momento sonaba una canción rusa cantada por un bajo voz poderosa y emocionante (aquí la tienes si quieres oirla)... no sé por qué me dió por levantar la vista y al ver el cielo, el sol, los árboles, el campo, todo con esa música tan cargada de nostalgia, me dió por sentirme muy muy feliz, ni siquiera sé por qué. Me he sentido tan afortunado de estar aquí en este momento viendo tanta belleza y sintiendo el calorcito del sol... que se me salieron las lágrimas, en una mezcla de tantas cosas alegres y recuerdos de otras que me evocaba esta música...

Esta luz y estos colores...

Ha sido un estupendo regalo inesperado este día feliz... y eso que lo recibí sin afeitarme...

viernes, 22 de mayo de 2009

Hombre

En estos tiempos de cambio hay cambios a mejor, cambios a peor, y cambios sin rumbo definido.

Desde que se acuñó la palabra "feminismo", se ha avanzado en despertar la conciencia sobre un problema tan grande como la mitad de la humanidad y tan antiguo como la misma historia: la desigualdad. Me parece un buen cambio que aumentará el nivel de felicidad en la humanidad, y aunque solo estemos al principio del mismo,la nave de la historia puede estar virando su proa hacia mejor rumbo poco a poco.

Sin embargo, hay otro cambio que acompaña a este y que ahora mismo no se sabe a dónde conduce. Es el camino del hombre.

HOMBRE. Es una palabra tan grande y tan hermosa como MUJER. Nos deberíamos emocionar al pronunciarlas por todo lo que contienen ambas dentro de sus escasas letras. Y sin embargo, algunas políticas de género y algunos discursos encendidos están usando la primera de ellas como sinónimo de cosas como VIOLENCIA, DOMINACIÓN, ABUSO. ¿No es muy triste? Al menos a mi me lo parece, y por eso no sé qué hacer, cómo llamarme entonces, si renunciar a denominarme HOMBRE e inventarme otra palabra... o resignarme... o indignarme...

Me parece que, lo mismo que es imprescindible educar para que nos arañe el oido cuando alguien asocie la palabra "MUJER" con "tonta", "barbie", "ama de casa"..., que es necesario que saltemos en defensa de la plenitud de la palabra "MUJER" (y de la mitad de la humanidad que representa), no es menos necesario educar para que no nos quedemos en silencio cuando se asocia la palabra "HOMBRE" con "energúmeno", "semental", "violento", "insensible" y otras lindeces que ahora aparecen incluso en textos legislativos asumiendo que los hombres son pobres diablos que están abocados a una naturaleza animal debido a lo fuerte de sus instintos salvajes y a lo limitado de sus posibilidades para contenerlos.

Y es que en general duele más ser hombre de lo que parece desde fuera, pero nadie nos pregunta por ello...

miércoles, 20 de mayo de 2009

Cuanto peor... mejor

Tiempos difíciles...
..a nadie le gusta vivirlos en primera persona. ¡Qué fácil es vivir sin problemas! La vida parece color de rosa y uno tiene tiempo hasta para preocuparse de las cosas más tontas de la vida. Que si el vecino del lado pone la tele muy alta, que si el repartidor deja la furgoneta en medio del paso de peatones...

Que lejos aquellos tiempos de paz...

Ahora, en medio de la tormenta, en un pequeño rincón de la mente del navegante, entre el pavor que provocan las olas gigantescas y la amenaza de hundir el barco, sigue la imagen de aquel día tan remoto en que la mar reflejaba el horizonte celeste como un espejo.


Vivir en los tiempos del miedo... habrá que probarlo...


Y sin embargo, en los momentos difíciles está la verdadera esencia de la vida y la más rica de las experiencias.


Nos encontramos amigos que desaparecen cuando los necesitamos, que nos negarán tres veces seguidas, y aún así tendremos que elegir entre aceptar su debilidad tan humana como las nuestras o enterrarlos para siempre bajo el dolor más vergonzoso que es el de haber confiado.

Sorprendentemente, algunas personas que tan solo pasaban a nuestro lado nos revelarán que somos merecedores de la mayor de las lealtades, nos levantarán del fango y nos limpiarán la cara para poder ver nuestra sonrisa cuando ya habíamos perdido la esperanza.

¡Que rara es la gente! Qué complicada es la lealtad, el miedo, la sinceridad, la debilidad, ... con lo sencilla que es la amistad.

En los tiempos difíciles, lo auténtico se destaca sobre lo efímero y lo banal y el oro flota sobre la m....a (perdonen la expresión pero no encuentro otra).

sábado, 9 de mayo de 2009

Abrazos gratis

No tenía ni idea de que esto existía, pero está muy bien: http://abrazosgratis.org

Habría que organizar un evento por aquí abajo, por el sur...

¡Qué calor!

Ya está aquí "la caló" como se dice literalmente por aquí.

Esto es terrible... si todavía estamos en Mayo, ¿como va a ser Agosto?

Como siempre, caluroso. Pero es que con el "peazo invierno" que hemos tenido de frío, uno se había olvidado de lo que es pasar calor.

Pa refrescarme, un vídeo fresquito fresquito con muchos cubitos de hielo, en Sierra Nevada, hace unos meses...




Aaaaaaahhhhh, ¡qué fresquito!

domingo, 3 de mayo de 2009

¿Y si resultara que Ulises se aburría?

Me acaba de venir una terrible revelación. ¿Y si resulta que Ulises en realidad se aburría en casa más que una ostra en el desierto? Habría saltado entusiasmado cuando sus compañeretes de juergas bélicas pasaron por Itaca a recogerlo en sus bólidos a remos.

Ayer hablaba de eliminar el deseo para reducir la frustración inherente a la vida. Pero, ¿de verdad tienen razón los orientales sobre lo nefasto del deseo?
¿Qué sería la vida sin un poco de sabor picante a desafío? El exceso de deseo sin sentido (el capricho) es la principal enfermedad espiritual de occidente, pero seguir los deseos profundos que brotan del alma es parte de la condición humana y del placer de estar vivo.

¿Existe acaso alguna forma más hermosa de ser infeliz que perseguir la felicidad?

sábado, 2 de mayo de 2009

Qué latazo

Sinceramente debo pedir disculpas por el post de abajo.

No quiero parecer erudito, ni serlo, pero me enrollo más que una persiana. Confieso que me gusta escribir con una función más terapéutica que otra cosa... de verdad, mi intención no es que nadie lo lea, estoy hablando solo, para deshacerme de algunas ideillas que me molestan en la sesera.

Tendré que poner señales de advertencia de peligro delante de los artículos latazo. ;)

Aprendiendo a ser felices


Un día estupendo de primavera. Bueno, solo lo estropeó un poco el viento algo frío. Y es que ha nevado esta semana en las cumbres de Sierra Nevada, pero también a 2.000m en la Maroma y la Sierra de las Nieves. Vamos, aquí al lado. Un día estupendo, ¡sí señor! Sol, viento, mar, el canto de los pájaros, tiempo, un libro, un sitio para estar, libertad para estar, y una vida entera por delante para vivirla. ¿Qué mas se puede pedir?

Eso es lo curioso. Siempre queremos más, siempre nos preguntamos qué hay detrás de aquella montaña en lugar de contemplarla desde aquí y reposar, hacer inventario, curar nuestras heridas o simplemente sentir el calor del sol y el efecto benefactor del descanso en nuestros músculos.

Konstantinos Kavafis (Κωνσταντίνος Καβάφης) nos descubría en su poema Itaca el verdadero significado de las tribulaciones humanas, el de la iniciación a la vida mediante las experiencias. Sin embargo, todos caen (caemos) fácilmente en la confusión de ensalzar el viaje frente a la contención del viajero que mira el horizonte con nostalgia pero prefiere contemplar día a día como el sol sigue su camino por el cielo sin tratar de seguirlo.

Kavafis no dijo en ningún momento que el viaje sea mejor. Ni siquiera necesario. Ni que la experiencia sea preferible a la contemplación. Sin embargo, en nuesta aburrida sociedad, dispuesta a inventar en seguida algo para distraer la mente, caemos en seguida en la tentación de justificar con este poema la inquietud continua y pintarla de un bonito color "crecimiento personal" para disfrazar el sinsentido: la acción continua sin objetivos.

Quizás, detrás del poema de Kavafis se esconde una fina ironía difícil de captar por los modernos e inquietos aprendices de Ulises:
1. El rey de Itaca no tenía gana ninguna de salir de casa para irse con sus amigos a la guerra (posíblemente le pillaron ya en pijama y a punto de cenar). Cuando es conminado por Agamenón y Menelao a unirse a la expedición se finge loco, pero es descubierto y a regañadientes tiene que dejarse sin acabar la cena que su mujercita le acababa de preparar para irse a una guerra que ni le importa ni le gusta. Vamos, que tonto no es.
2. Cuando consigue liberarse de las obligaciones, varios años después, ya es tarde. Aunque desea estar en casa, en bata y pijama, y sentarse con una cervecita frente a la tele y continuar viendo la pelicula que se ha dejado a medias cuando se fue, no puede hacerlo porque los problemas no le dejan retomar las cosas donde las dejó.
3. Cuando por fin consigue volver ya no está para muchos trotes y además se encuentra la casa hecha unos zorros. Además, llega un poco tarde para retomar su vida por donde iba antes de marcharse. El y su mujer son ya muy mayores. Telémaco se ha hecho todo un hombretón y el se ha perdido la adolescencia del hijo. Bueno, por lo menos no tuvo que dejarle el coche los sábados por la noche.

El kit de la cuestión no es que quiera hacerse más sabio con el viaje iniciático. El meollo del asunto es el antagonismo entre querer y poder. Ulises, más que a los héroes, representa a la persona común y corriente que nunca puede hacer lo que quiere. No se trata de hacer el primer capricho que se le pasa por la mente, sino lo que necesita para ser feliz. Pero, ¡triste es la vida! Las cosas siempre le salen al revés y nunca viaja en la dirección que quiere.
Conclusión: "Carpe diem". Disfruta lo que puedas de lo que te toca vivir cada día porque en este mundo hay poca justicia y en general el destino es muy cruel con los humanos por mucho que se esmeren en conseguir la felicidad.

No quiero decir que vivamos en un valle de lágrimas. Ciertas tendencias actuales de autoayuda nos incitan a ser felices creyendo ciegamente en la bondad del universo y de las personas, lo que nos lleva indefectiblemente a una bofetada segura del destino. La diferencia es el matiz de trata de reducir las espectativas para no frustrarse demasiado. O sea, ser intensamente feliz porque apreciamos las pocas migajas que el universo nos regala cada día.

No quiero parecer aguafiestas. A veces sobran las razones para la felicidad, y a veces no sobran. El problema es como sobrevivir en esos momentos bajos. No hace falta mucha práctica para ser feliz cuando sobran las razones...

sábado, 21 de marzo de 2009

Alpinismo

Para disfrutar del alpinismo te tiene que gustar pasar frío. Hay gente a la que no le gusta y otra a la que le gusta el frío. A mí me gusta.
Pero, ¿puede alguna vez ser placentero el frío? ¿Cómo le puede gustar a alguien pasarlo mal a propósito?
Yo no creo que el frío intenso pueda nunca ser un placer. La vida misma es una lucha contra el frío. En los genes y la piel llevamos grabada la sensación cálida de las praderas africanas cuando nacimos hace 1 o 2 millones de años.

¿Y entonces?

Bueno. Yo creo que es precisamente eso. Cuando se retorna del frío, la vida late en el propio cuerpo con más intensidad. Después de haber estado encogida en el interior, acurrucada, defendiéndose, cuando nota que el peligro ha pasado, comienza a ocupar de nuevo todo el espacio, sale a borbotones y rezuma por la piel y hasta más afuera todavía.

Así debería ser siempre la vida, sentida a borbotones, pero tristemente necesitamos del frío para volver a sentirla.




Aunque no pueda creerlo

Veo el mar envuelto por un cielo gris y un frio que penetra en mí más de lo que debiera, teniendo en cuenta que lo contemplo a través de la ventana.

El canto de los pájaros rompe el estatismo de la imágen. El tiempo no está muerto. El frio no ha congelado el mar ni a mí mismo, aunque no pueda creer ahora otra cosa.

No es posible sentirlo, y sin embargo, el sol está ahí, encima de esas nubes oscuras. Está calentando todo, dando vida, brillando. Aunque no pueda creerlo, la primavera tiene que venir. Se abrirá paso entre las nubes, será más poderosa que el frío de esta tarde gélida y se infiltrará en todas las cosas, llenándolas de vida, de calor, de energía.

Aunque no pueda creerlo, ocurrirá así como os lo digo. La vida volverá.

martes, 17 de marzo de 2009

En busca de mi sofá

No sé como explicarlo, pero he perdido mi sofá.

Es una situación absurda, ya lo sé. Sobre todo si explicara las circunstancias concretas.

Es un proceso que me ha llevado años, poco a poco, pero lo he ido perdiendo, y no me he dado cuenta hasta hace menos de una semana, de sopetón, como todos los malos tragos de la vida.

No podría explicar claramente cómo se siente uno sin su sofá. Imagina un día de lluvia de mediados de febrero, mejor un sábado. Después del desayuno sientes un frío que pela y te apetece tomar tu mantita y acurrucarte en el sofá.... ¡Pues ni manta ni sofá! Solo desamparo, una sensación de desprotección contra el frío, contra la lluvia, contra el cansancio. Una condena eterna a vagar errante de pié por la vida sin reposo. Porque un sofá es bienestar, es reposo, es hogar, es... lo que he perdido.