martes, 7 de febrero de 2012

Luz solitaria

Una noche fría con viento del norte.
Una calle desierta, cercada por ventanas apagadas.
Tantas noches he oido el eco de mis pasos en el silencio
de la madrugada.
Pera esta noche no es el frío el que estremece mi espalda.
Esta noche hay una luz encendida,
hay luz bajo su tenue calidez,
donde un sofá y una manta nos cobijan.

Esta noche me estremece tu beso
que bautiza con tu saliva mi pecho,
esta noche el frío está fuera,
y yo dentro, muy dentro,
abrazado a tí,
mezclados y sumergidos en el otro,
como una gota de lluvia con su círculo que la abraza,
la besa, y la rodea apretándola con una suave onda
que la convierte en agua dulce y salada,
en sudor y felicidad,
en beso y agonía,
abrazados,
juntos,
rodando sobre la madrugada,
bajo el amarillo de esta luz solitaria.

Puede

Puede que tema que un día me falten las fuerzas,
puede que el desánimo o el cansancio venzan mi mirada,
puede que una mañana llegue muy tarde a tu casa,
o que una noche me acurruque escondiendome bajo el cielo frío.

Pero no podrá ser en un universo en el que haya dejado de amarte,
ni podrá dejar tu piel de ser la cerilla que incendia mi sangre,
ni podrás dejar de oir mis labios llamándote de noche,
ni mi memoria cansada podrá olvidar como abrazar tus caderas.