miércoles, 20 de mayo de 2009

Cuanto peor... mejor

Tiempos difíciles...
..a nadie le gusta vivirlos en primera persona. ¡Qué fácil es vivir sin problemas! La vida parece color de rosa y uno tiene tiempo hasta para preocuparse de las cosas más tontas de la vida. Que si el vecino del lado pone la tele muy alta, que si el repartidor deja la furgoneta en medio del paso de peatones...

Que lejos aquellos tiempos de paz...

Ahora, en medio de la tormenta, en un pequeño rincón de la mente del navegante, entre el pavor que provocan las olas gigantescas y la amenaza de hundir el barco, sigue la imagen de aquel día tan remoto en que la mar reflejaba el horizonte celeste como un espejo.


Vivir en los tiempos del miedo... habrá que probarlo...


Y sin embargo, en los momentos difíciles está la verdadera esencia de la vida y la más rica de las experiencias.


Nos encontramos amigos que desaparecen cuando los necesitamos, que nos negarán tres veces seguidas, y aún así tendremos que elegir entre aceptar su debilidad tan humana como las nuestras o enterrarlos para siempre bajo el dolor más vergonzoso que es el de haber confiado.

Sorprendentemente, algunas personas que tan solo pasaban a nuestro lado nos revelarán que somos merecedores de la mayor de las lealtades, nos levantarán del fango y nos limpiarán la cara para poder ver nuestra sonrisa cuando ya habíamos perdido la esperanza.

¡Que rara es la gente! Qué complicada es la lealtad, el miedo, la sinceridad, la debilidad, ... con lo sencilla que es la amistad.

En los tiempos difíciles, lo auténtico se destaca sobre lo efímero y lo banal y el oro flota sobre la m....a (perdonen la expresión pero no encuentro otra).

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