Los ojos besando la oscuridad
buscando un anuncio de claridad del alba lejana.
La piel perlada recuerda el calor de esta noche
deseando un soplo de aire que enfríe la humedad.
Suena el viento cálido en los pinos
intento adivinar el rumor de la lluvia
pero no recuerdo tormentas al atardecer
y sigo escuchando la noche en esta cama.
Vuelvo a soñar con gotas que resbalan
mojando lentas la tierra blanda,
envuelto en un abrazo cálido de sábanas blancas
fragante como un bosque mojado al filo de la madrugada.
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Sigues siendo un poeta extraordinario. He oido la lluvia en este poema, he visto la luz de las sabanas blancas. Voy a ponerte en link en el blog de mis cuentos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias Lydia, por tu link llegué aquí... y me pienso quedar.
ResponderEliminarSensibilidad, percepción, instrospección y esperanza. Eso leo entre líneas en el blog.
Enhorabuena, tienes un blog magnífico
Gracias por los adjetivos. Ojalá el autor los mereciera también.
ResponderEliminar¿Por qué será que con frecuencia somos capaces de crear cosas superiores a nosotros?
Quizás la respuesta sea que nuestro interior profundo es muy superior a lo que la superficie deja ver de nosotros.