Una noche fría con viento del norte.
Una calle desierta, cercada por ventanas apagadas.
Tantas noches he oido el eco de mis pasos en el silencio
de la madrugada.
Pera esta noche no es el frío el que estremece mi espalda.
Esta noche hay una luz encendida,
hay luz bajo su tenue calidez,
donde un sofá y una manta nos cobijan.
Esta noche me estremece tu beso
que bautiza con tu saliva mi pecho,
esta noche el frío está fuera,
y yo dentro, muy dentro,
abrazado a tí,
mezclados y sumergidos en el otro,
como una gota de lluvia con su círculo que la abraza,
la besa, y la rodea apretándola con una suave onda
que la convierte en agua dulce y salada,
en sudor y felicidad,
en beso y agonía,
abrazados,
juntos,
rodando sobre la madrugada,
bajo el amarillo de esta luz solitaria.
martes, 7 de febrero de 2012
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