Puede que tema que un día me falten las fuerzas,
puede que el desánimo o el cansancio venzan mi mirada,
puede que una mañana llegue muy tarde a tu casa,
o que una noche me acurruque escondiendome bajo el cielo frío.
Pero no podrá ser en un universo en el que haya dejado de amarte,
ni podrá dejar tu piel de ser la cerilla que incendia mi sangre,
ni podrás dejar de oir mis labios llamándote de noche,
ni mi memoria cansada podrá olvidar como abrazar tus caderas.
martes, 7 de febrero de 2012
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