Agujeros negros,
espacio helado
eterno acero
supernovas oscuras,
pozos supermasivos
abismos de locura.
Negro y vacío,
pero sobre todo
muy muy frío.
Salgo a la noche helada
bajo las oscuras galaxias
y siento más frío por dentro
que el que me cae por fuera.
Solo frío donde poco antes
no sobraba una estufa
ni era grueso el jersey,
sino el milagro del calor.
El calor de la materia negra.
Negra de terciopelo suave,
negra desde los pies a la cabeza.
De las medias, de las piernas
del cuello, oculto a mis besos.
Negra rosa de terciopelo
con las blancas manos
brotando por encima del cálido negro
de tu regazo.
El milagro de la densidad.
El milagro del breve espacio
que va de cadera a cadera,
de hombro a hombro,
de rodilla a rodilla,
de tu espalda a tus senos,
de labio a labio.
El milagro de cómo una breve masa
rodeada de ese amable espacio
ejerce tanta atracción como todas las galaxias
El milagro de cómo recibir tanta pasión
sin que hierva la razón..
El milagro de la densidad del amor.
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Creo que un té me ha desvelado.
ResponderEliminarPero es un desvelo sabroso. Como si fuera una droga que me permite saborear estos pensamientos que traía cuando llegué de la calle.