Corrías volviendo de un primer beso,
subida en alas de mariposas,
la calle al alba llena de rosas,
rojas y mojadas de puro deseo.
Aun la mañana no llegaba,
y ya el recuerdo de los labios,
hacia el río por el viejo barrio,
hasta el mármol te envidiaba.
Estatuas ávidas de tu soplo de vida,
del que el mármol las priva.
Puentes que quieren ser tu confidente,
y ríos que te reflejan en su corriente.
Cantando tu vida enfrente,
iluminando tu libertad delante.
Soñará quien dejes regalarte amor.
Sonreirá quien le aceptes una flor.
otra vez en aquella primavera en Florencia
otra vez en aquella juventud eterna.
lunes, 9 de enero de 2012
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