El silencio de mi casa se ha callado,
al colgar el teléfono, al cesar tu voz,
no ha venido mi temido silencio.
Aguzo los oidos y ya no está,
se ha ido ese vacío molesto.
Y es tu voz la que llega para instalarse.
Tu voz callada pero suave en mi mente,
con la que ya no lucho para que me quiera,
se ha posado en un rincón de mi cerebro.
Suave mariposa que roza mis ideas,
las acaricia una tras otra
y las ilumina con un sol de arena,
Ya no me rebelo cuando me hablas,
mis neuronas ya no te replican nada,
porque ahora ya ves cómo pensaban.
Ahora tu voz son mi pisadas,
son mis tristezas y alegrías,
ahora tu voz son más de mil compañías.
tu voz me recuerda que aun hay alegría,
aun sobra tiempo de vivirla
y quedan más de cien días.
Tu voz sin tus labios es también un regalo,
tu voz sin tus ojos no es menos que hermosa
tu voz sin tu sombra no tiene por qué saber a limosna.
El silencio se ha callado
y por fin escucho tu voz en mis labios,
y si me paro hasta tu corazón a mi lado.
Pero no me paro demasiado
para no buscar ecos de tu latido,
ni el calor de tu piel,
ni la humedad de tus besos.
Ni el fruto de tu vientre
siempre sagrado entre mis manos,
y tus ojos en mis ojos,
Amén.
martes, 24 de septiembre de 2013
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