domingo, 17 de octubre de 2010

Mentirijillas piadosas

Esta tarde la conversación viajó a muchos sitios, pero mirándote no pude evitar volver a Florencia durante unos momentos.
Quizás fue la luz suave de la tarde, quizás las especias del té, o tal vez el rosa sobre el rojo.
Quizás fue que no te temo tanto como me temo.
Quizás me olvidé de todo por un instante y vi posarse en tus labios un beso de buenas noches a las 5 de la tarde.

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